Aportación de AMASOL (Asociación de Madres Solas) al lema de las Jornadas: ¿Cómo puede cambiar el mundo el feminismo?

AMASOL (Asociación de Madres Solas)


La familia monoparental es aquella en la que una sola persona adulta se encarga, de forma principal o exclusiva, de la crianza y cuidado de las y los menores que componen el núcleo familiar. Estas estructuras familiares, en un 82% de los casos están encabezadas por mujeres, por lo que, pese a las discrepancias, se utiliza el término monomarental, para resaltar una realidad feminizada y que refleja la intersección de múltiples formas de discriminación. En estas familias, el 54% de los niños y niñas que las componen, se encuentran en situación de pobreza y exclusión social. Estas cifras, no son casualidad sino que son producto del devenir del patriarcado que nos envuelve.

Si bien la monoparentalidad ha existido siempre en las últimas décadas son notables las modificaciones de la estructura familiar española, y, especialmente, el aumento de familias monoparentales. Sin embargo, en este escenario de cambios las familias monoparentales no habían sido una prioridad en la agenda de las instituciones públicas y de la sociedad civil permaneciendo invisibilizadas por diversos motivos muchos de los cuales provienen de su propia feminización. Las mujeres que están conformando las monomarentalidades tienen, pese a la diversidad de sus experiencias, un elemento en común que las sitúa como transgresoras del modelo normativo de familia que presenta a la familia tradicional, la que se conforma a partir de una unión heterobiparental, como modelo deseable en las trayectorias vitales de mujeres y hombres. De esta forma, una estructura familiar que, en un sistema patriarcal, empodera a la mujer independizando la elección y la experiencia de la maternidad de la existencia o mantenimiento de una pareja, echa por tierra la imagen de las mujeres como seres dependientes que precisan un hombre para formar una familia, constituyendo así un modelo que transgrede a la norma. La transgresión de una norma, o de un modelo social normativo, conlleva la respuesta en defensa del statu quo que ha sido atacado. En este sentido, las mujeres monomarentales sufren las consecuencias de no seguir las trayectorias vitales señaladas para ellas y no crear sus familias en base al modelo familiar tradicional heterobiparental a través de la estigmatización, la invisibilización y la exclusión social.

Es necesario visibilizar, apoyar y poner en valor una estructura familiar que empodera y sitúa en el espectro social a la mujer como ser autónomo, para hacer un mundo más justo, más real y sin nichos feminizados de vulnerabilidad. Este es el trabajo que, desde el año 2000, viene haciendo en el territorio aragonés AMASOL, Asociación de Madres Solas, desde la óptica de género y el feminismo como pilar transversal de todas sus actuaciones con mujeres que encabezan hogares en solitario.




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